La idea se quedó dando vueltas en mi mente, buscando una respuesta para las preguntas: ¿Un emprendedor se hace o nace? ¿Existe un “gen” o característica para que una persona se convierta en emprendedor o elija el camino del emprendimiento?
Si tienes más de 40 años, probablemente el emprendimiento no sea lo más natural para ti. Seguro creciste como yo, en una cultura que promovía “ve a la escuela, obtén buenas notas, ve a la universidad, gradúate y obtén un buen trabajo, etc…”
En mi caso, el emprendimiento lo aprendí de mis papás, 99% observándolos. No precisamente porque tuvieran una visión de construir una gran empresa, sino por la idea de independencia; de no estar sujetos a una sola fuente de ingresos. Había que alimentar y educar a 4 hijos, así que mis papás fueron muy creativos.
A los 26 años decidí inscribirme como empresaria independiente. Aún tenía un empleo, era soltera y no tenía un negocio, pero soñaba con tener mi propia empresa.
Así fue como en marzo del año 2000 nació
Atomica Team (6 meses después de mi primer hijo). Luego de más de 20 años de “ser mi propia jefe” reconozco que se necesita tener el estómago para esto, pues no todo ha sido color de rosa. He tenido mucha ayuda: ningún emprendedor lo logra solo.
Creo firmemente que los emprendedores somos la base de una nueva economía. Si, se necesita cierto tipo de conocimiento para fundar una empresa (legal y fiscalmente hablando), y desarrollar destrezas de liderazgo, finanzas y administración. Fundamentalmente, para hacernos de un espacio (por pequeño que sea) en el mercado, necesitamos volvernos muy buenos en nuestro trabajo, al punto de que la técnica se vuelve arte… y entonces necesitamos extendernos aún más para aprender destrezas comerciales para poder crecer.
Y es que, VENDER LA IDEA DE UNO MISMO, como marca personal o empresa es para muchos el gran reto. Hacer marketing y cerrar ventas se vuelven las dos destrezas más importantes a la par de ser excelente en lo que uno hace. No recuerdo haber recibido clases de manejo del dinero, o cómo vender, ni en el colegio o la casa. Es decir, no viene natural; debemos aprenderlo.
Para mi, no es un tema de haber nacido para emprendedor o empleado. Puedes ser excelente en lo que haces, pero si no sabes vender(te), no tienes clientes. No hay nada más estresante y frustrante que tener un excelente servicio, producto o talento… y no tener a quien servirle porque no hemos aprendido a hablar sobre lo que hacemos. Porque nuestra comunicación es confusa y porque, a pesar de haber intentado de todo, no logramos crear resultados comerciales estables.
Por ejemplo, tengo 50 años (y contando) y no le temo a la tecnología ni al internet: los abrazo, les doy la bienvenida como dos de las herramientas más poderosas que se han creado para hacer negocios hoy y en el futuro. Con esto solo pretendo decir: no tengas miedo y jamás pienses que es demasiado tarde para volverte bueno en esa destreza que puede cambiarte la vida.